Música en el acto – El grupo folklórico local conmovió con menos instrumentos y un gran trabajo vocal. Presentaron temas nuevos. «Nuestro Canto» conmovió una vez más en la Plaza San Martín. Fue para el Bicentenario de la Creación de la Bandera en un miércoles frío y convocante.
Con nueva formación, ya presentada en la Sede de Trebolense, sin Esteban Albelo en voces y despojados de los teclados de Juan Pablo Rossi y la batería del «Pato» Celiz , Nuestro Canto se presentó tal cual nació: Con Lisandro Bertaina en teclados y voz, Osvaldo Martinez en guitarras y voz y Daniel Baquín en voz. Los acompañó Leo Bertorello en percusión que estuvo totalmente a la altura de las circunstancias.
Tras un comienzo a pura chacarera, el grupo sorprendió al público con un estreno. «Uno mismo», una canción de melodías exquisitas, cautivó a la audiencia. En el tema tomó lucimiento el piano de «Licha» Bertaina. Las texturas y arreglos exquisitos de la banda, hacen que quizás sea en un futuro, un nuevo caballito de batalla para «Nuestro Canto» en los shows.
Un rato después llegó un preferido de la gente: «De Simoca», con la banda luchando contra el viento en el escenario y la potente voz de «Satu» y Daniel.
«Dos palabras» volvió a arrancar algún lagrimón a más de un romántico del público. El teclado sonó fino y Bertorello en batería fue el que marcó la fuerza interna del tema.
«Somos más populares con menos instrumentos», le dijo «Satu» Martinez a este medio al cerrar el show. Error!! Con menos banda, «Nuestro Canto» gana en intimidad, en magia y sus voces quedan más expuestas a la gente. Se parecía el trabajo de años y cada canción suena más desnuda pero no menos contundente.
«Resistiendo», que no tocaban desde hacía tiempo para públicos masivos, sonó dramáticamente actual para la gente.
Para el final, el «nuevo» «Nuestro Canto» envistió como una locomotora con «Puente carretero», «Como has hecho», «Sola y solita» y «Luna de Tartagal».
La gente no los dejó ir tan fácil, entonces la banda volvió con «Lágrimas por lágrimas» de «Los Tekis» para la despedida.
Fue un «hasta luego» y ojalá que sea también un «hasta muy pronto».